A veces dudaba en besarte, pues tenía miedo a enamorarme y cuando te fueras, no saber olvidarte. Y dudo que te haya olvidado, simplemente siempre estarás ahí fastidiándome cada noche para que mis ojos se humedezcan. Otras veces me tratas tan mal que dudo que pueda quererte y me pregunto un millón de veces: ¿cómo pude quererte? Pero todo eso se ha acabado, ¿no dicen que un clavo saca a otro clavo? Pues esta vez he encontrado un clavo de los buenos, de los que no se rompen a la mínima y sí, existen y yo tengo uno.
1 comentario:
Me encantaa:)
Publicar un comentario